domingo, 4 de noviembre de 2007

La luna ya nunca es la misma

Era como si quisieras robarme el alma, o como si simplemente quisieras matarme. Me abrazabas tan fuerte que mi aliento se convertía en nada, pero estaba bien, así quería que fuera, que exquisita esa sensación de hacernos creer que eramos nuestros.
Inevitablemente nuestras respiraciones pasaban desapercibido y solo nuestros latidos podían delatar lo que sentíamos sin siquiera una minuciosa palabra articulada. Te miraba como nunca y solo quiería que me dieras espacio... espacio solo para cerrar mis ojos y descansar entre mis andares y mis confesiones, a un lado de mi futuro y abajo del infinito.

[en las calles de París... mientras me decías que me parecía a ti]

1 comentario:

Doy luz, por reflejar dijo...

cada palabra parece una sensacion en la piel, que se puede llegar a mirar. o más que eso..
que puedes llegar a sentir...