martes, 24 de agosto de 2010

cir cu lo

La circunferencia perfecta, la mas pura
la musa de poetas, del mar , de las miradas
la explosión del amor a la vida, a las estrellas

La tomo con mi mano y se vuelve la magia entre mis dedos
rodea mis piernas y siento la noche
el manto oscuro que me abriga
con una luciérnaga que ilumina mis sueños.

domingo, 22 de agosto de 2010

una vez mas. la naturaleza vive.

[...] Volviendo a mi asunto, creo que nada hay de bárbaro ni de salvaje en esas naciones, según lo que se me ha referido; lo que ocurre es que cada cual llama barbarie a lo que es ajeno a sus costumbres. Como no tenemos otro punto de mira para distinguir la verdad y la razón que el ejemplo e idea de las opiniones y usos de país en que vivimos, a nuestro dictamen en él tienen su asiento la perfecta religión, el gobierno más cumplido, el más irreprochable uso de todas las cosas. Así son salvajes esos pueblos como los frutos a que aplicamos igual nombre por germinar y desarrollarse espontáneamente; en verdad creo yo que mas bien debiéramos nombrar así a los que por medio de nuestro artificio hemos modificado y apartado del orden a que pertenecían; en los primeros se guardan vigorosas y vivas las propiedades y virtudes naturales, que son las verdaderas y útiles, las cuales hemos bastardeado en los segundos para acomodarlos al placer de nuestro gusto corrompido; y sin embargo, el sabor mismo y la delicadeza se avienen con nuestro paladar, que encuentra excelentes, en comparación con los nuestros, diversos frutos de aquellas regiones que se desarrollan sin cultivo. El arte no vence a la madre naturaleza, grande y poderosa. Tanto hemos recargado la belleza y riqueza de sus obras con nuestras invenciones, que la hemos ahogado; así es que por todas partes donde su belleza resplandece, la naturaleza deshonra nuestras invenciones frívolas y vanas.

Todos nuestros esfuerzos juntos no logran siquiera edificar el nido del más insignificante pajarillo, su contextura, su belleza y la utilidad de su uso; ni siquiera acertarían a formar el tejido de una mezquina tela de araña. [...]
Estracto de ensayo "De los caníbales", Michele Montaigne

martes, 17 de agosto de 2010

inmortal


Caminando por las arenas del puerto iba sin pensar en porque ni a donde, sin pensar en mañana ni en ayer, con un lápiz y un papel impregnaba en inmortalizaba palabras que quizás jamás mis manos repetirían, palabras que jamás volverían a surgir en la danza de mis manos, coreografías volátiles de un hoy oportuno, de un mañana verdadero, del sol, de la luna, de tus ojos, de nosotros, de la lluvia y quizás hasta de las lágrimas.
Sentirse pleno solo con un lápiz y un papel, que mas felicidad podría alcanzar mi pecho? que mas alivio podría sentir mi garganta? sucede que las ideas vuelan y los deseos se desvelan, es que los momentos se plasman, se recuerdan y se van con el viento aquellos sentidos exactos del corazón, aquello que es justamente la vocal y la consonante que se desea, la palabra precisa entre tanto ir y venir sin sentido, entre tanto discurso sin acabar y frases sin entender, sin explicar, sin alegrar, sin conmover, sin nada que no sea un gran signo de interrogación en el pecho y en los ojos.
Regalos oportunos, apasionantes: Un cuaderno rojo lleno de historias de nunca acabar y un lápiz de magia con su pequeño cuaderno echo por magos ancestrales.

domingo, 15 de agosto de 2010

un momento

El llevaba puesto su trajecito de dos piezas, algo romántico, algo poético
Ella iba descalza caminando por el adoquín que entregaba todo el calor que necesitaba
algunos autos, escaleras, gatos, besos, ventanas enrejadas y miradas después llegaron al pasaje mas abierto y mágico de sus vidas, entre las paredes llenas de historias y el majestuoso mar con sus olas imponentes y su horizonte perpetuo, el mismo pasaje que frecuentaban desde que la flor encontró al gato y que era la vía de escapatoria en momentos de letras y versos.
El miraba con atención los ascensores, seguramente tratando de revivir historias y deseando haber vivido en tiempos donde reinaban los ascensores, donde reinaba lo que ahora lleva la magia de días memoriales.
Ella salía a correr bajo la lluvia.
Ella lo invitaba a el a jugar, a besarse, a sentir que era momento de hacer nada y que el cuerpo fluyera, a que sus labios juguetearan con las gotas inesperadas y traviesas que decidieron acompañarlos en aquel momento.
Entonces las luces fueron magia, las risas algo mas placenteras y los jugueteos parte de algo que iba a estar escrito, algo mas tangible pero no menos maravilloso.
El decidió que era momento de emprender el viaje, que la vida normal debía seguir, decidió ser el cable a tierra, decidió ser la razón, la incoherente coherencia.
Ella recordó las consecuencias, nunca fue el cable a tierra, ella mas bien era el cable a la luna, a los sueños, a los deseos, intensa, solo eso, intensa.
Se miraron, se abrazaron y siguieron caminando de la mano por la vida, por los caminos húmedos, por la magia del momento.

espectante.


Al borde de que mis manos se entrelacen entre ellas mismas por una eternidad espero sentada las flores que quizás no lleguen, que aún no han llegado, aquellas que sin contar hasta cinco reflejaban las ventanas perfectas y cristalinas, llenas de reflejos de años de compañías abstractas, de compañías benévolas y de abrazos infinitos.
Quizás nadie quiso flores para mi, quizás el mar las traerá a mis orillas y húmedas las cuidaría, les diría palabras hermosas y fantasías fusionadas con mi aliento, con mi aire.
Aún espero, aún esperaré, el problema es el tiempo, el problema es el reloj y el calendario, son los minutos y los pasos, también los latidos que hacen que el día se vuelva noche y la noche se vuelva día, a pesar de todo los latidos son fuertes y solo mi mente y mi pecho me hacen pensar que ojalá que cuando las flores lleguen a mis manos ya no se haya pasado el arena al otro lado del vaso.

domingo, 8 de agosto de 2010

las cortinas naranjas, tus brazos en mi espalda, tus ojos pidiéndome que aún no me vaya.