domingo, 29 de marzo de 2009

a veces esto mata

Estaba exhausta, no había sido un buen día, había tenido que dejar algunas cosas, algunas partes de su corazón allá en el mar, también había perdido otras cosas. Se sentó a esperar una hora mas o menos, el ruido constante y desafiante de la ciudad catastrófica no llegaba hasta ese lugar, una brisa fresca hacía que se le pusiera la piel de gallina, los autos pasaban, la gente pasaba, las hojas de los árboles danzaban... la angustia aumentaba, la angustia de sentirse ahogada, esa que te retuerce los pensamientos, esa angustia que te hace querer llorar de rabia, pararte en la mitad de la calle y gritar enfurecida "¡BASTA!"

martes, 10 de marzo de 2009

cuando llueva en el sol.


El día en que se apague el sol la luna será la reina, los poetas festejaran a su musa en la coronación de la noche, en la era de las estrellas. ¡Que la luz artificial se apague! y que la oscuridad apacigüe nuestra sed de vivir (o de no vivir) ¡Que la noche ilumine sin querer hacerlo! y que nuestros ojos, como los de los gatos, vean en la noche lo que jamás vieron en nuestros miles de días iluminados.
El día que no haya amaneceres ni atardeceres nos maravillaremos con aquello que jamás vimos, aquello que siempre estubo en nuestras narices y que nosotros, como cegados por la luz, nunca pudimos ver, la conciencia de nuestros cuerpos y de los que nos rodean serán la base de la estabilidad, conversaremos desde el alma sin prejuicios... sin prepercepciones superfluas.
El día en que se apague el sol te abrazaré con mis piernas y te miraré a los ojos a plena luz de la nada, bajo la luz que solo nosotros podemos proyectar el uno al otro , y estaremos así... así como siempre hemos querido estar... sin deberes, sin amaneceres en los que marcharse, sin despedidas desesperantes en las que quisiera que un beso durara exactamente millones de años, solo noches habrán, noches eternas de miradas inquebrantables, noches de recorrernos con nuestro humo que nos encanta entrelazar.

jueves, 5 de marzo de 2009

mar off



el señor que vende jugos
el extraño que tocó mi mano,
mis pies esperando el semáforo,
la línea de metro errada,
el aire subterraneo que ahoga,
y el viento suave... tibio
me falta el mar
me falta el mar
necesito al músico y su piano... o su guitarra.

lunes, 2 de marzo de 2009

te [. . .]

Todo yo es de ti, mi sabor, mi calor, mi pasión, mi dolor, mi alegría.-

Me desespera no encontrar la palabra precisa, la que haga que mi lengua fluya articulando algo que deje satisfecho a mis sentidos, algo mas que aquellas cuatro letras, una palabra igualmente fugaz pero mas pasional, mas de sentimiento, la palabra que sacie el ardor de mi pecho cuando estas cerca mio... la palabra que me hace sentir que te quiero cerca. En el momento en que la nada domine todo aquello que me rodea quizás me siente frente a una chimenea todos los inviernos y mire el fuego hasta consumirse, puede ser que el fuego tenga la palabra que necesito, como también puede ser que entre tanto buscarla me olvide de que es lo que me hace sentir... esa mezcla de todo, de nada, de esos ojos, de estos ojos, de nuestra brisa táctil. Definitivamente será mejor no encontrarla, y guardar recelosamente esto que me hace sentir tan viva como los gatos en las casas enlatadas y oscuras de los cerros.

¿Para que encontrar la palabra... si acercándome un poco mas, mirándote a los ojos y enredándote en mi quizás logro que sientas este estallido de mi corazón?