jueves, 10 de enero de 2008

dialogos suspensivos


Las olas furiosas reventaban sobre las rocas, yo te decía que estaba bien, que todo se tranquilizaría, tu te hacías problema por las olas, quizás porque te asustaban mucho , porque siempre le has tenido miedo a lo desastroso, a lo que se sale de sus cabales, yo te decía que así es la vida, escandalosa e inquieta, que esas cosas simplemente hay que "disfrutarlas", tu te diste media vuelta y caminaste en otra dirección, dijiste que odiabas esa manera mía de ver los acontecimientos, que odiabas mi intranquilidad, mis gritos, hasta mis palabras, yo, como siempre idiotamente te tomé la mano para tratar de calmarte o detenerte, "no te vayas", pero a ti ni siquiera te importó mi melodrama adolescente y pueril , de hecho creo que nunca te importó lo que yo hacía por ti y ni siquiera te tomaste la molestia de voltearte a decirme algo. Aunque quieres hacerlo no lo haces, ya ni siquiera existes por eso, espero que nunca sea demasiado tarde.


domingo, 6 de enero de 2008

así es


En las baldosas blancas y frías del patio de atrás, siguiendo un camino de hiervas color higo unos pies descalzos transitaban tímidamente, pero queriendo imponer su delicada presencia, el hielo del alba se escabullía por entre los dedos mientras la luz comenzaba a evadir todo el espacio desenvolviéndose en una imagen en blanco y negro.
Comienza a salir el sol y el cielo, con su puro algodón, no da rastro de indiferencia. Los pies, ahora mas cálidos, se detienen, los pasos puros e infinitos se pausan por un momento, para ver el anaranjado amanecer, las delicadas nubes, sentir el ambiente de desolación acogedora que los acompaña, tocar las piedras que hacen que el camino se torne un poco difícil, pero nunca tanto como lo parece, asistir como las casas se caen a pedazos, oler el rocío inerte de las flores de la mañana, ocupar un espacio, y escuchar a los pájaros sollozar sus melancólicos estallidos de cansancio y furor producto de un sueño irrumpido por el nuevo día. Los pies deben seguir su rumbo, pero siempre será bueno para ellos detenerse a observar lo que los rodea, a descansar, a desarrollar sus sentidos por completo, ignorando que hay que avanzar, que hay que seguir por aquellas eternas baldosas, aquel camino que nunca acaba. Respiren. Vivan. Sueñen


miércoles, 2 de enero de 2008

ligero


Soñé que venías a mi casa, abrías suavemente la puerta y venías hacia mi, halábamos un rato de nuestra vida, de como eramos, de como enfrentábamos las minuciosas aventuras de la gran travesía, nos reíamos, jugábamos, eramos nosotros, sin nadie que interviniera entre un mar de conversaciones con sentido, sin sentido. Me tomaste la mano impulsivamente y nos miramos a los ojos, me decías que iríamos al sol, que no nos quemariamos... ¿Y si así era? ¿Que importaba? Habrían sido los últimos momentos mas amenos de mi historia.


¿Donde estarás? Aparece luego. . .